Ruedan Mil ilusiones
Se acabó la espera, se acabaron las palabras. Los Andes sale a la cancha. El Rojo enfrenta desde las 15:30 a Morón, en un Gallardón exclusivo para socios. La previa junto a Andrés Soriano, la carta del gol. Exitos Lomas.

Se siente cómodo, a gusto, como si su tonada cordobesa la escucháramos hace tiempo por los pasillos del Gallardón. “¿Puede ser una foto, Andrés?”, le pregunta un hincha al finalizar la práctica del viernes. Y él acepta sin dudarlo. Andrés es Soriano y Soriano es de Los Andes. Una relación casi simbiótica. Tan solo un mes y medio le bastó al goleador para sentirse pieza importante del mundo Milrayitas. “Estoy muy contento y con ganas de quedarme mucho tiempo acá”, asegura el Mellizo a nada de jugar su primer partido con la camiseta de Lomas. Ya está. Se viene, no hay más espera. Ruedan Mil ilusiones. Exitos Lomas.
¿Cómo esperan este debut ante Deportivo Morón?
Tranquilos e ilusionados. Faltan pocas horas para jugar así que ya estamos mentalizados en lo que va a ser este lindo comienzo de campeonato.
Debe ser difícil abstraerse de todo lo que se vive en la previa de un torneo. Pretemporada, estar lejos de sus casas, las ansiedades, ¿se piensa en esas cosas?
Uno pone todo en la balanza, pero el deseo que tienen los hinchas lo tenemos nosotros y eso es compartido. Sabemos que el club necesita un éxito deportivo y ojalá que en el transcurso del año, más que nada sobre el final, estemos todos festejando. Esa es la realidad. Va a ser un camino duro, donde hay que tener paciencia y sortear todos los obstáculos que se nos presenten. Entonces tenemos que demostrarnos a nosotros mismos y demostrarle al otro que acá está Los Andes, acá hay un equipo que quiere pelear y no solo debemos decirlo de la boca para afuera.
¿Más que nunca esa frase hecha del fútbol que todo tiene que ser paso a paso? Son 42 fechas, 20 rivales, mucha exigencias de por medio…
Sí, es algo normal. Que mañana ganemos, empatemos o pase otra cosa no define nada. Falta muchísimo todavía, pero sería bueno un resultado a favor y dejar los tres puntos en casa porque nos afianzaríamos más en lo individual y también en lo grupal. Sabemos que nuestra cancha está en perfectas condiciones y tenemos jugadores que la pueden aprovechar y hacer sentir nuestro peso.
Te referiste a la cancha. Esta semana entrenaron casi todos los días acá, ¿pudieron familizarse más con lo que significa ser locales en el Gallardón? El vestuario, los colores de las paredes, las tribunas de fondo…
Exactamente. Desde el amistoso con Quilmes que fue la primera vez que pisamos acá hasta hoy que hicimos pelota parada, todo suma. Este es un estadio atípico para la categoría, grande, que te impone mucho respeto y es lindo que sea nuestro. Como dije el primer día que llegue, para mí es un desafio muy importante jugar en este club y espero estar a la altura.
En las dos primeras fechas les tocan dos equipos que se armaron muy bien, pero están comprometidos con el descenso. ¿Es un buen parámetro para ver lo que será el torneo?
Sí, los dos son equipos de características regulares en esta categoría, pero que hoy les toca vivir una situación complicada e hicieron contrataciones de peso, con mucho nombre y hay que tener cuidado a todo. A Akerman primero, a Leo Romero después. No es que vamos a ser avasallantes y vamos a ganar todos los partidos. Acá hay que raspar, hay que meter y sacrificarse para que las cosas salgan bien.
¿Sos de mirar los rivales? ¿Analizaste el mercado de pases?
Personalmente me gusta ver que pasa a mí alrededor y estoy atento a todo lo que sucede en la categoría. Me parece que en esta etapa vinieron muchos jugadores del Interior y ahí tenemos que estar más atentos. Me ha pasado a mí de jugar en el Argentino y después venir para acá, ver los periódicos y que esos equipos o jugadores no tenga tanta prensa. Entonces debemos tomarnos nuestros recaudos y no confiarse.
Parte de tu familia está en Buenos Aires, otra en Córdoba, ¿te preguntan de Los Andes? ¿Qué te dicen?
Sí, mi hermano más grande es total seguidor de nosotros y con este cambio mío de equipo, está un poco más acostumbrado porque Abel (su mellizo) ya hace un año que dejó Atlanta. Pero sí, me fue contando cosas que vio en internet, me sigue y le gusta. Después, al resto de mi familia la tengo allá y uno ya es grande y está acostumbrado. O lo mismo mi novia que va y viene, pero ahora está acá y es como un amuleto porque cada vez que me acompañó, me fue muy bien. Así que espero seguir por ese camino.
O sea que tenés banca de sobra…
Sí, la familia siempre está. Apoya, sufre a la par nuestro y también lo re contra disfruta cuando vienen las buenas. Ellos tenían muchas ganas de venir, pero no pudieron y creo que después de la tercera fecha hay un fin de semana largo y van a acompañarme.
Es inevitable la pregunta pero, ¿cómo te imaginás el momento de ponerte la camiseta de Los Andes y salir por el túnel?
Muy feliz. A decir verdad, después de tantos años en un club, pensé que me iba a sentir un poco raro, pensé me iba a ser más difícil. Pero tanto mis compañeros, los periodistas, el cuerpo técnico, los directivos, la gente, todos me hicieron sentir importante, muy cómodo y pude superar las dudas. Así que estoy muy contento y con ganas de quedarme mucho tiempo acá. Esperemos que mi rendimiento esté a la altura de las circunstancias y pueda ayudar al equipo a lograr algo lindo.