''Los hinchas de Los Andes son únicos''
El Cuca Arce ya no juega, pero el cariño por el club persiste. Pasaron más de 8 años, pero todavía estamos gritando su golazo en el último partido con Chicago.

Por Leandro Saltamerenda y Leo Torresi
¿Cuánto hace que Los Andes no juega con Nueva Chicago? Muchísimo. El último partido fue en febrero de 2000, en Mataderos. Sí, en el torneo del ascenso a Primera. Esa tarde de febrero, por la sexta fecha de las revanchas, el resultado fue 1 a 1. El Gaby Lobos, en contra, hizo el gol local ¿Y el nuestro? Bombazo de 35 metros de Raúl Cuca Arce ¿Cómo olvidarlo?
El Cuca después nos dejó aquella imagen épica empujando la pelota al gol en la primera final con Quilmes. Hoy ya no juega profesionalmente, pero el cariño con Los Andes no se agota. Hablamos con él en la previa del partido decisivo con el Torito. Ocho años y cuatro meses después de la tarde del bombazo, para muchos el mejor gol de aquella campaña inolvidable.
¿Qué recuerdos tenés de aquel partido con Chicago y puntualmente de tu gol?
La verdad que fue un lindo gol. Tal vez no fue tan decisivo, pero lo considero importante. Ahora que me pongo a pensar lo primero que se me viene a la cabeza es que se lo dediqué al técnico, a Ginarte. Haberme abrazado con el Gordo fue muy gratificante porque me enseñó mucho como futbolista y también a desenvolverme en la vida. Uno no entiende como una persona como él no esté vinculado al club. Siempre dejó todo por Los Andes.
¿Y qué te acordás de ese plantel?
Era un gran grupo. Tal vez no habían tantos jugadores de renombre, pero las ganas y la unión todo lo podían. Además el cuerpo técnico se acopló muy bien y fue positivo. Con los dirigentes también la relación era fluida, aunque después las cosas cambiaron y lamentablemente el club la empezó a pasar mal.
Cuando llegaste a Los Andes tenías el rótulo de haber jugado en Banfield ¿Costó mucho?
La verdad, no fue fácil. Al principio no había mucho feeling con la gente, pero con el correr de las fechas, los resultados se fueron dando y gracias a dios me gané un lugar. Jamás me arrepentí de haber pasado de un equipo al otro. Fue dura la decisión, pero para mí era un trabajo. Hoy en día estoy agradecido y me siento identificado con el Milrayitas. Sin ir más lejos, a mi hijo de 7 años lo hice hincha de Los Andes.
¿Cómo es tu vida alejado del fútbol?
Ahora trabajo como metalúrgico y la peleo de abajo. Nada que ver con el deporte. Eso sí, juego los sábados un torneo, pero no como profesional. Y después lo típico, leo el diario, miro los partidos, lo sigo como puedo. El que le gusta el fútbol y lo lleva adentro no se puede separar. Me gustaría ir a la cancha más seguido, pero tengo otras obligaciones.
Me imagino que seguís la actualidad del equipo ¿Cómo lo ves de cara a la Promoción con Chicago?
Bien. Me gusta el grupo que se formó. En su mayoría es un plantel joven y hay mucho hambre de gloria. Espero que se les dé, lo tienen merecido. Además Los Andes es un equipo grande y debería estar más arriba. Me duele porque los hinchas son maravillosos. Me acuerdo del partido que nos tocó jugar en Quilmes y el respaldo que tuvimos. Eso sólo lo pueden hacer hinchas de verdad. Es algo único y este equipo siempre va a contar con ellos.
Si tuvieras que elegir algún jugador de este plantel ¿Con quién te identificarías?
No sé, yo creo que pataduras no hay, ja, ja. Me gusta el Colo Tridente. Por más que no juegue en mi posición, es un futbolista que la luchó mucho. Eso se valora el doble. Además tiene su historia en el club y quiere mucho estos colores. El le puede dar a la gente la alegría que le falta.