Ellos allá
Este sí que vive lejos. Se fue hace ocho años y extraña como loco desde la capital del desierto de Israel. Con nosotros, Marcelo Sadofschi...

(Si vivís en al exterior o en el interior, o tenés amigos o familiares con historias para contar en esta sección, escribí a ivanweint@gmail.com o a prensa@clublosandes.com)
Por Iván Weintraub
Hoy:
Marcelo Sadofschi
YO VIVIA. En Floresta, a nueve cuadras del estadio de All Boys.
Y ME FUI. A Israel en 2002, debido a la crisis política.
AHORA VIVO. Junto con mi familia –mis padres y mi hermana, ella con dos hijos- en la ciudad de BeerSheva, Capital del Desierto, también llamada aquí “la capital del Neguev Occidental“.
TRABAJO. Comencé como personal de limpieza en un taller mecánico de la firma Nissan Reno aquí en BeerSheva. El taller cerró cuando yo llevaba dos años trabajando con ellos. Luego durante dos años me dediqué a otras cosas hasta que, por intermedio de un amigo, conseguí trabajo en un frigorífico de pollos.
YO TE SIGO. Por Internet, mirando las páginas del ascenso, la página oficial, InfoRegión, Lomas Locura, entrando a la lista Soydelosandes, y a otras páginas de Los Andes. Los días de partido escucho las transmisiones de Alberto Rincón. Y sigo los resultados de los demas partidos de cada fecha al instante por las paginas del ascenso.
TENGO AL LADO. Banderines en algunas ventanas de mi casa e informaciones que leo a diario en mi PC. Y gracias a la colaboracion del amigo Roberto Suyo, mi otra hermana, que vive en Argentina, se encargo el año pasado de traerme una bandera y una camiseta de Los Andes, que tengo sobre mi sillon donde está la PC.
EXTRAÑO. Los días de partido, poder ir a la cancha. Yo era de los que gritaban los goles con alma y vida. Iba a la tribuna de Portela.
¿A LA CANCHA VOY? No, no voy a la cancha ni simpatizo por ningún equipo de acá.
COMO ME VOY A OLVIDAR. Sucedió en un partido contra Lanús, de visitante, en la vieja B. Un grupito minúsculo de hinchas de Los Andes empezó a insultar al uruguayo Villagrán, yo me acerque con toda la buena voluntad a dialogar con estos muchachitos y les dije: “hoy lo insultan, mañana lo van a idolatrar”. ¿Qué sucedió? me pegaron un trompada en la boca del estomago y me doblé en dos. Fui asistido ahí en el estadio. Luego el Uruuuuuu, jugó en Los Andes, y con un grupo minúsculo lo empeszmos a vivar. Estos que me habían agredido en Lanus aquella tarde no sabian donde meterse. A las dos o tres fechas ellos mismos cuando salia el equipo a la cancha lo idolatraban.
LLEVO EN MIS OIDOS. Esta que se cantó en la cancha de Boca:
“ay ay ay ay que risa que me da/ ay ay ay ay que risa que me da/ ay ay ay ay que risa que me da/ son campeones del mundo y no llenan la popular”.