Tanque recargado
Daniel Giménez disfruta de sus vacaciones en Mendoza, pero a la vez sigue con la recuperación de un esguince de rodilla. "Hoy por hoy me siento mucho mejor y la meta es arrancar el 2 de enero al 100%", explicó el goleador.

Por Leandro Saltamerenda
“Estoy bien, recuperándome y pensando en llegar de la mejor forma a la pretemporada”. Así arranca la charla con Daniel Giménez. De vacaciones con su familia en Mendoza, el goleador disfruta del receso, pero a la vez piensa en lo que se viene. Aquel esguince de rodilla sufrido en el partido contra Sarmiento parece haber quedado en el olvido. Pero no. Día a día convive con la lesión y, más allá de alguna molestia, se imagina empezando el 2010 a la par del grupo. Ese es su objetivo. Sí, un Tanque recargado…
¿Fue difícil perderse los últimos partidos después de aquella buena racha?
Fue duro, pero yo ya venía jugando al límite. Desde Atlanta que tenía una rodilla llena de líquido y no podía más. Pero por estar, por querer ayudar a los compañeros hacía lo imposible para llegar a los partidos. Tal vez me costaba y la lesión terminó de complicar las cosas. Yo venía sintiéndome cómodo en el grupo, marcando algunos goles y lamentablemente tuve que parar porque si no iba a ser peor.
Hiciste la recuperación con el cuerpo médico de Los Andes, pero a la vez también tuviste trabajando por tu cuenta…
Sí, uno quiere ponerse bien y hoy por hoy me siento mucho mejor. Me gustaría llegar al 2 de enero sin dolor o con el menor dolor posible. La meta es poder hacer todos los trabajos de la pretemporada con el equipo y encarar el arranque del torneo al 100%.
Desde afuera, ¿cómo se vio al equipo en los encuentros que no te tocó estar?
Algunos partidos bien, otros regulares. Quizás en los últimos nos caímos un poco, pero tampoco hay que desesperarse. Nosotros estábamos consiguiendo los resultados y me parece que con Sarmiento sentimos el golpe. Después nos costó arrancar, encontrar el nivel y quedamos muy lejos. Por eso vamos a tener que encarar la segunda parte pensando que no nos podemos equivocar y que tenemos que sacar muchos puntos para estar arriba.
Cuando no estuviste en cancha se habló mucho de la falta de gol y de tu importancia en el ataque, ¿cómo juega en la cabeza del jugador?
Y, siempre pasa lo mismo. El que está afuera es el mejor, es la solución. Pero yo creo que tuvimos situaciones y no la pudimos meter. Acá lo más importante es crearlas. Porque cuando no entran, después van a entrar todas. Hay que estar tranquilos y seguir trabajando.
A ustedes les tocó afrontar una salida de un cuerpo técnico y se levantaron muy rápido, ¿lo esperaban dentro de la intimidad?
Sabíamos que teníamos que mejorar. El grupo se propuso levantar individual y colectivamente, y cada uno de nosotros tenía bien claro que se había formado un equipo para pelear el campeonato. Y no lo estábamos haciendo. Entonces, una vez que llegó Germán (por Corengia) conseguimos un par de resultados y nos soltamos. Hay momentos que viene bien un cambio de aire, y me parece que lo supimos aprovechar.
¿Cómo te sentiste en estos primeros meses con la camiseta del Milrayitas?
La verdad, me sentí muy bien y a gusto. Era un desafío importante porque venía a un club con pretensiones y la única opción era ascender. A la vez, para mí no era facil porque bajaba una categoría y tenía que volver a demostrar que estaba vigente. Y me parece que salió bastante bien. Hice varios goles, pude tener más minutos que en Chacarita y con más miras al futuro, me ilusionó con redoblar la apuesta.